El lunes 10 de Noviembre en horas de la mañana aprovechando que en ese momento no había hermanos en la iglesia, el oficial de justicia de la zona con la abogada de la parte actora (los desalojadores), se hicieron presentes en lugar rompiendo la puerta y cargando en un camión: máquinas de micro emprendimientos, cocinas, la ropa de la feria americana y una cantidad de enseres que la comunidad utiliza en sus múltiples tareas de apoyo a las/os trabajadoras/es y humildes de la zona.
El objetivo era desalojar rápida y arteramente el lugar para que las/os compañeras/ os de la iglesia se encontraran con un hecho consumado e irreversible.
La rápida reacción de las hermanas y hermanos, que dando cuenta de la situación, empezaron a convocarse y a convocar a fuerzas aliadas y amigas con las que comparten un camino de lucha por el derecho a la vivienda y de los humildes de nuestro pueblo, permitió organizar una respuesta este atropello.
Así decenas de hermanos y hermanas, compañeras y compañeros, fueron concentrándose en la puerta de la Iglesia donde la decidida acción de las/os pastores y las/os miembros de la comunidad, pudieron detener el desalojo y lograr una suspensión transitoria de la medida.
Entendemos que esta intentona, es el castigo que se pretende descargar sobre las espaldas de quienes han decidido emprender un camino de compromiso que no es habitual en otras instituciones religiosas. Lo que se castiga o pretende castigar, es el decidido compromiso con la lucha por el derecho a la vivienda acompañando decenas de desalojos en la resistencia y en las dolorosas horas de la reubicación posterior de las familias, la solidaridad con las luchas en general de los trabajadores de la comuna y de la ciudad y la decisión de sostener este camino, a pesar de las dificultades institucionales que le pudiese ocasionar.
La causa judicial mediante la que se promueve el lanzamiento, más allá del absurdo que supone que la cúpula de una Iglesia pretenda desalojar a miembros de su propia comunidad, desde el punto de vista jurídico tiene serias irregularidades, como por ejemplo que vencieron los plazos después de estar 2 años sin movimientos y el juzgado debería haber decretado la caducidad de la misma. No obstante desde los oscuros resortes de poder que manejan estas cúpulas, sale este intento de desalojo.
Por todo esto, desde el Congreso por el Derecho a la Vivienda del cual la comunidad es parte, repudiamos y nos solidarizamos con nuestras/os compañeras/os de la Comunidad Dimensión de Fe y nos comprometemos a acompañar decididamente su lucha.
No al desalojo de la Iglesia Dimensión de Fe
Solidaridad con quienes han compartido todas las luchas del Congreso.
Tierra y suelo urbano para vivir
y producir y no para especular.
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